CUANDO UN HOMBRE SE CONVIERTE EN VIEJO VERDE




“Viejo Verde” es el término que popularmente se le dice a los hombres maduros o ya ancianos, que persiguen, piropean y hacen insinuaciones a mujeres jóvenes, a las cuales les duplica o algunas veces hasta les triplica la edad, pudiendo ser fácilmente sus hijas o nietas.

Estos hombres “viejos verdes” se niegan a recocer el paso el tiempo, vistiéndose como jóvenes, y usando los mismos modales que ellos. Se les dice así, “verdes” porque a pesar de ser maduros, la realidad es que no han madurado. Muchos psicólogos alegan que esto se debe a una crisis de edad por la que pasan al hombre cumplir cierta edad, lo cual los hace aferrarse a una juventud que todavía pretenden mantener, pero en realidad es solo una fantasía, porque los años si han pasado.

Un hombre es oficialmente un viejo verde cuando:

·         Pasa los 50 años de edad.
·         Es baboso extremo, al punto de prácticamente acosar a una mujer, obviamente mucho más joven que él.
·         Quiere tener puras amigas que no pasen de 30 años y si pasan los 30 las considera viejas.
·         Tienen la plena seguridad de creer poder conquistar a una quinceañera.
·         No son nada atractivos, son lo menos parecidos a un George Clooney,  o un Antonio Banderas, y están muy, pero muy lejos de ser un Johnny Depp. Generalmente son panzones, bien arrugados y nada agraciados.



·         Creen que su tarjeta de presentación, es la tarjeta de crédito, en el fondo saben que necesitan recursos para atraer a alguna joven, ya que por sí solos, lo único que lograran atraer es que le pidan la bendición.
·         Tienen un Ego sumamente grande, que les tapa la realidad cuando se ven en el espejo, no se ven lo viejo, ni lo verde.
·         No tienen vergüenza ni brújula, ya que no se ubican ni en el tiempo ni en el espacio.

En conclusión, dicen que cada etapa de la vida tiene su encanto, y es cierto, pero también es cierto que cada etapa hay que vivirla de acuerdo a la edad, los hombres mayores son lindos, pero como padres y abuelitos. Así que queridas jóvenes me despido con un buen dicho para decirles a esos viejos verdes, que se quieran propasar: “Yo no plancho ni mi ropa, así que menos voy a estar planchando arrugas”.  Puro colágeno, y esa clase de viejos al geriátrico.

Por: Luz Vanessa González Castro
IG: @luzvanessago 
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