Acá te traemos los principales problemas que solo entenderás si tu busto es grande:
Bajar rápido las escaleras es una hazaña que requiere una armadura.
Hace rato que te olvidaste de saltar.
Abrazar a alguien más bajo que tú genera una rara tensión sexual.
Casi siempre te toca escoger entre comprarte un sostén feo y comprarte uno más feo.
Y salir sin sostén es algo inaceptable.
Si te pones un escote te olvidaste del contacto visual con tus interlocutores para siempre.
Strapless es una palabra que te saca canas verdes.
Y por dónde pasar el cinturón de seguridad se convierte en una fórmula mágica.
Tus sostenes ocupan el 68% de tu gaveta de ropa interior.
Usar camisas de botones es un problema digno de ser estudiado en la NASA.
Debes calcular cada movimiento que vayas a realizar mientras tienes puesto un traje de baño.
Un solo sostén deportivo no es suficiente.
O te encorvas y tienes terrible postura o te da dolor de espalda por querer estar derecha.
Cuando nadie te ve, aprovechas para reajustarte el sostén.
Broncearte la espalda es una hazaña que puede causar dolor.
No puedes acercarte a una barra o mostrador sin que parezca que estás posando tus atributos sobre la mesa.
Turbulencias, montañas rusas, calles con huecos, lanchas = ¡tiembla tierra!
¿Franelas con mensajes escritos? No.
Siempre. Que te ves. En un espejo:
Igual nada de eso importa, porque sabes que te ves súper sexy
GIFs cortesía de BuzzFeed.
con info de erikatipoweb.com